Las viviendas sin emisiones de CO2 son un sueño en proceso. Aunque aún no podemos obtener todos nuestros recursos de fuentes 100% renovables, sí podemos reducir al máximo las emisiones. La arquitectura solar pasiva (bajo el estándar Passivhaus) y la eficiencia energética son aliados clave.
Sin embargo, la verdadera sorpresa viene con los materiales inéditos, como los cementos con algas. En la búsqueda de edificaciones más sostenibles, se ha avanzado significativamente. Soluciones como la arquitectura solar pasiva y la captación de luz indirecta se han combinado con sistemas constructivos eficientes.
Esta dinámica es la que ha permitido que las casas alcancen fácilmente la clasificación energética A. La eficiencia energética, el uso de materiales de construcción de bajo impacto y la apuesta por la rehabilitación en lugar de nuevas construcciones son conceptos clave en este camino hacia la sostenibilidad.
Pero lo más emocionante es la introducción de materiales revolucionarios, como los cementos con algas. Te sorprenderá saber que ya hace décadas se planteó esta posibilidad al estudiar el lecho marino y su capacidad para defenderse frente a la degradación de los ecosistemas (provocada por nosotros mismos, como bien sabrás a estas alturas).
Este sustituto del cemento convencional no solo funciona de manera similar, sino que también mejora la sostenibilidad de la construcción. Se obtiene de la misma manera que el cemento tradicional, pero se le añaden bacterias y microalgas, también llamadas cocolitóforos (quizá no te quedes con el nombre, pero no es lo que importa).
Estos microorganismos unicelulares, ofrecen una alternativa prometedora. Las investigaciones lideradas por la Universidad de Colorado Boulder sugieren que este nuevo material podría ayudar a eliminar hasta un 60 % de las emisionesasociadas con la fabricación de cemento.
Las propiedades mecánicas de las algas, combinadas con su capacidad de crecimiento rápido y bajo impacto ambiental, las convierten en una opción atractiva para construcciones más ecológicas y resistentes. Pero la innovación no termina ahí; el cemento con algas también destaca por su capacidad de autocuración.
Las propiedades beneficiosas de las algas van más allá de la construcción. Según pruebas del Instituto Fraunhofer de Física de Construcción (IBP) de Alemania, estas microalgas cuentan con propiedades ignífugas y prometen una gran resistencia a procesos de degradación microbiana gracias a la ausencia de proteínas en su estructura.
Por si fuera poco, te interesará saber que las algas actúan como excelentes aislantes térmicos y acústicos en su forma natural, sin necesidad de procesos complicados ni productos químicos. Un aspecto clave de este recurso marino es su capacidad de absorción de CO2 durante el proceso de fotosíntesis.
Esta es una propiedad que puede contribuir significativamente a la reducción de las emisiones de carbono. Ciudades con grandes volúmenes de turismo, como Madrid, han empezado a considerar proyectos con algas para compensar las emisiones producidas por la actividad humana. ¿Qué te parece hasta dónde puede llegar la innovación?
Como ha quedado patente, la construcción del futuro recurrirá a materiales que, hoy en día, vemos como imposibles. Conviene ir acostumbrándonos a medios innovadores y tecnologías que son inéditas en la actualidad. Los cementos con algas demuestran que es posible cambiar el sector residencial desde sus bases, nunca mejor dicho.